Carta desde el acantilado by Fernado Ugeda Calabuig

Carta desde el acantilado by Fernado Ugeda Calabuig

autor:Fernado Ugeda Calabuig
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788417737405
editor: Olelibros
publicado: 2019-05-06T00:00:00+00:00


Luis

Catalina, la lejana hermana con la que Teresa aún mantenía una regular comunicación epistolar, había dado a luz a dos hijas y dos varones. A excepción de Luis, el menor de sus hijos, todos los vástagos nacidos en aquel núcleo familiar habían heredado el sentido práctico del padre, quien a lo largo de duros años de trabajo y usura se había consolidado como una eminencia dentro de las altas esferas del Banco de Valladolid. Merced a dichos logros, el insigne caballero gozaba de prestigio social y de una posición económica envidiable. Como era costumbre en la época, perteneciendo a la clase acomodada, el ilustre banquero se declaraba de tendencia liberal. Claro que una cosa era afiliarse a una tendencia de moda y otra muy distinta acatar religiosamente hasta el último punto y coma que rezara la susodicha corriente política. Tal vez debido a esto, por esa hipocresía practicada con soltura de puertas afuera, el prohombre del que hablamos nunca vio con buenos ojos que el benjamín de su casa se contagiase del mal que había consumido hasta el tuétano a su esposa Catalina. Que Luis se aficionase de pequeño a la poesía que le leía su madre, jamás estuvo bien visto por quien vislumbraba un solo modo de entender el mundo: dividido en dos cuentas: Debe y Haber. El banquero no se cruzó de brazos. Procuró por todos los medios a su alcance apartar de la cabeza de su hijo la fijación que este padecía por aquella forma de insensatez que, entre rimas decadentes y versos de difícil factura, daba cobijo a la melancolía, la nostalgia y otras formas de locura. Cuando Luis notificó a su padre su intención de abandonar sus estudios de Derecho para tomarse un año sabático y escribir así su primera novela, fue como abrir de golpe la caja de los truenos. El joven creía jugar con ventaja pues contaba con el apoyo incondicional de su madre, la cual ya le había expresado en privado lo feliz que la hacía el hecho de que un hijo suyo deseara consagrar su vida a la escritura. “Tú posees talento, hijo mío —le había dicho Catalina—, y esa es la llave que da acceso a la habitación donde reposan las historias no contadas. Saca a la luz alguna de ellas, encierra sentimientos en cada una de sus páginas”. Por desgracia para Luis, llegado el momento, su madre no tuvo otra opción que la de someterse a la disciplina familiar. Con arreglo a los deseos de su esposo, Catalina dio de lado a su hijo justo cuando este más necesitado estaba de su amparo. “Tu padre es un hombre sensato —le explicó—. Atiende su consejo y acaba primero tus estudios. Luego Dios dirá”. Luis se sintió vendido, traicionado. Gobernado por la impaciencia recordó que tenía una tía lejana a la que no conocía más que de oídas, a la vez que un tío metido en política y un primo que rondaba su misma edad. Su madre le había contado que



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.